del BLOG DE CARLES VIÑAS [http://carlesvinyas.wordpress.com]
La muerte el pasado 5 de marzo del hasta entonces presidente de
Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías convulsionó –para bien o para mal–
no sólo a sus compatriotas, sino también al mundo entero. Lo cierto es
que su figura, tildada de dictatorial por sus detractores y de heroica
por sus simpatizantes, no dejó a nadie indiferente. Más allá de la
trascendencia política del personaje, adalid del autodenominado
socialismo del siglo XXI para algunos o tirano golpista para otros, lo
cierto es que Chávez conectó con las clases populares gracias a su
carisma y a un discurso próximo. Dejando de lado su faceta televisiva,
sus críticas irónicas a
Mr. Danger o sus pinitos como cantante,
el teniente coronel protagonista del fallido golpe de estado de febrero
de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez también se acercó al
deporte.
Hugo Chávez en uniforme militar tocado con su habitual boina roja de paracaidista
DEL BÉISBOL AL FÚTBOL. POR UN CAMBIO DE REFERENTES DEPORTIVOS
Durante sus diversos mandatos presidenciales Chávez destacó por su
impulso al deporte venezolano. En su apuesta por promocionar la práctica
deportiva el dirigente bolivariano, a pesar de que su disciplina
predilecta era el béisbol, no dudó en fomentar también el fútbol. De
hecho Chávez nunca ocultó su afición por los Navegantes de Magallanes,
el equipo de béisbol radicado en Valencia, ciudad del Estado de Carabobo
situada al oeste de la capital, no muy distante de su población natal,
Sabaneta
. Los Bucaneros, nombre popular con el que se conoce al
segundo club con más títulos del béisbol venezolano, fueron su
debilidad. Tal fue su pasión por este deporte que no dudaba en buscar
cualquier hueco en su agenda presidencial para jugar un partido junto a
sus ministros y asesores militares.
jugadores del club de béisbol Navegantes de Magallanes de Carabobo
Incluso llegó a comentar a su círculo de allegados que cuando era
joven su sueño era convertirse en jugador profesional de béisbol y así
poder imitar a su ídolo deportivo Néstor Isaías
Látigo Chávez
Silva, jugador que militó en los Giants de San Francisco en 1967. El
origen de su pasión por este deporte se remontaba a su juventud, cuando
con diecisiete años se enroló en el ejército. De hecho diversos de sus
biógrafos aseguran que fue “su entusiasmo por el béisbol lo que le
convenció” de incorporarse al mismo. En sus años de instrucción
castrense a inicios de la década de los setenta se erigió en uno de los
principales jugadores del equipo de la Academia Militar de Caracas. Tras
ser transferido a un batallón acorazado en Maracay, en 1980 regresó a
la Academia de la capital para ejercer como instructor jefe de deportes.
Néstor Isaías Látigo Chávez Silva en su etapa como jugador de los Giants
Quizás fue la pasión de Chávez por el béisbol lo que provocó que su
gobierno creara una Liga Bolivariana de beisbol que fue patrocinada por
la petrolera PDVSA. Toda una paradoja si tenemos en cuenta la evidente
influencia norteamericana de dicho deporte, no en vano fueron los
trabajadores estadounidenses de las compañías petroleras los que
importaron su práctica a Venezuela a inicios del siglo XX. Desde
entonces dicha disciplina se erigió en el deporte nacional, no en vano
es conocido como “el país del béisbol”. Así, mientras Uruguay y Brasil
alcanzaban las máximas glorias futbolísticas a nivel internacional, la
selección venezolana de béisbol ganaba en tres ocasiones la Copa del
Mundo en la década de los años cuarenta.
Pero a pesar de no ser un deporte con el mismo seguimiento que el
béisbol, Chávez tuvo claro que tenía que acercarse también al fútbol.
Seguramente tenía muy presentes las palabras de Ernesto Che Guevara
cuando manifestó que “la revolución no avanzaría mucho en Latinoamérica a
menos que los cubanos aprendieran a jugar al fútbol”. Quizás por ello,
en más de una ocasión, hizo referencias a los partidos de la liga
venezolana de fútbol o de la selección nacional en su programa
televisivo dominical “Aló Presidente”, consciente de la creciente
trascendencia social del fútbol en el país. Y todo ello a pesar de que
el fútbol
Zhabía sido considerado hasta entonces una actividad vinculada a
las clases media y acomodada.
Chávez jugando a béisbol con la elástica del Ejército venezolano
IMPULSO AL DEPORTE VENEZOLANO
A través del balompié, Chávez promocionó los valores de la llamada
Revolución Bolivariana y vehiculó el patriotismo, monopolizándolo
alrededor de su figura. De hecho, en una intervención suya con motivo de
la celebración del Día del Ejército declaró: “El chavismo es
patriotismo, ser chavista es ser patriota, los que quieren patria están
con Chávez, los que quieren patria vengan con Chávez para seguir
construyendo la patria libre e independiente de Bolívar”. Y que mejor
herramienta para fomentar el fervor nacional que el fútbol. El
presidente venezolano entendió su potencial propagandístico y no dudó en
explotarlo. Nada nuevo que no hayan hecho otros gobernantes, de signo
político diverso, en épocas pretéritas o contemporáneas. En el caso de
Chávez sus ansias por alentar el discurso nacionalista que evocaba
figuras como las de Simón Bolívar, Simón Rodríguez o Ezequiel Zamora fue
canalizado en diversas ocasiones a través del fútbol.
Hugo Chávez en rueda de prensa ante un retrato de Bolívar
No es de extrañar que durante los 14 años en los que Chávez estuvo al
frente del país, el balompié experimentara un crecimiento inédito.
Tanto la selección nacional, apodada la
vinotinto, como los
clubes locales recibieron un apoyo importante. Para algunos expertos,
las transformaciones que vivió el país tienen en el fútbol su máxima
expresión. “Venezuela es distinta y su fútbol irreconocible” afirman.
Los éxitos deportivos llegaron y fueron debidamente instrumentalizados
para exaltar los valores patrios.
Tras conocer las preferencias deportivas del difunto ex presidente
venezolano, más proclives al béisbol que al fútbol, a continuación
abordaremos como la celebración de un trofeo de prestigio internacional,
la Copa América, ejerció como punto de inflexión del balompié en el
país. Precisamente, el aumento de la competitividad de la selección
vinotinto, a raíz del éxito cosechado en dicha competición, comportó también la transformación del torneo nacional.
Chávez mostrando el trofeo del campeonato celebrado en Venezuela
FÚTBOL Y PATRIOTISMO: LA COPA AMÉRICA 2007 COMO PUNTO DE INFLEXIÓN
A pesar de ser el primer deporte que se implantó en el país, en 1876
de la mano de mineros ingleses establecidos en El Callao, el fútbol
venezolano no gozaba de buena
salud.
Mientras los clubes eran diezmados en las competiciones
internacionales, la selección nacional transitaba sin pena ni gloria por
las fases clasificatorias de los distintos campeonatos en los que
participaba. El combinado venezolano era la perita en dulce de cualquier
eliminatoria. No en vano durante treinta años solo cosechó dos triunfos
en competición oficial y era la única selección sudamericana que nunca
se había clasificado para un Mundial.
Sin embargo todo cambió en el año 2006 cuando la Conmebol
(Confederación Sudamericana de Fútbol) acordó otorgar la organización de
la XLII edición de la Copa América a Venezuela. El campeonato era una
oportunidad perfecta para mostrar las transformaciones que había
experimentado el país y, de paso, ensalzar los ideales revolucionarios
que las habían hecho posibles. Al menos eso creyó el gobierno venezolano
que aportó 186 millones de dólares para su celebración e invitó al
astro argentino Diego Armando Maradona para que hiciera el saque de
honor en la jornada inaugural del torneo.
saque de honor con el trío Chávez- Morales- Maradona
La disputa de la Copa América’07, el torneo de fútbol de selecciones
más popular y antiguo de Suramérica, comportó la modernización del
balompié venezolano y, sobretodo, de sus obsoletas instalaciones. Se
construyeron tres nuevos estadios (Mérida, Maturín y Barquisimeto) y se
adecuaron a los tiempos seis más. Además, los éxitos deportivos
cosechados por la
Vinotinto posibilitaron la identificación de la
población con su selección. A pesar de quedar eliminada en cuartos de
final ante Uruguay, la imagen ofrecida fue buena. La sexta plaza en el
campeonato consagró definitivamente al combinado venezolano como una
selección a tener en cuenta. Los jugadores se convirtieron en héroes
para unos aficionados poco acostumbrados a los éxitos futbolísticos.
Aunque con anterioridad el fútbol venezolano ya había destacado con
algún éxito relevante, como la victoria en Montevideo ante los charrúas
en 2004, no fue hasta la disputa de la Copa América cuando la selección
Vinotinto
despuntó. El crecimiento del equipo tuvo su reflejo en las
estadísticas, así Venezuela pasó de ocupar el puesto 129 en el ranking
FIFA en 1998 –año del ascenso a la presidencia de Chávez– al 39 en el
año 2011, un salto cualitativo sin paliativos. Los éxitos se reeditaron
en la siguiente edición de la Copa América cuando el combinado nacional,
bajo las órdenes del técnico César Farías, alcanzó las semifinales, el
mayor logro en la historia del fútbol venezolano hasta la fecha.
formación del combinado nacional venezolano que disputó la edición de 2011 de la Copa América
Unos éxitos que no pasaron desapercibidos para Chávez quién
progresivamente fue incorporando comentarios sobre el fútbol tanto en
sus intervenciones públicas como en su programa de televisión. Tras la
victoria de Venezuela ante Chile por 2 a 1 en los cuartos de final de la
Copa América 2011 el mandatario manifestó a través de las redes
sociales: “
Gloria al Bravo Pueblo! Rindamos tributo supremo a
nuestros muchachos de la Gloriosa Vinotinto! Viva Venezuela! Viviremos y
Venceremos!” Anteriormente ya se había interesado por las
evoluciones del fútbol en el país a raíz de diversos encuentros con el
anterior técnico del combinado nacional, Richard Páez, con quién
intercambió opiniones acerca de las carencias existentes en el fútbol
venezolano, tanto a nivel de infraestructuras como de formación
deportiva.
Hugo Chávez festejando los éxitos de la selección vinotinto
EL PASO ADELANTE DE LA LIGA VENEZOLANA DE FÚTBOL
También la liga venezolana se dejó arrastrar por la bonanza de
éxitos. El número de clubes que disputaban el campeonato se incrementó,
pasando de 10 a 18 equipos y el nivel del torneo mejoró ostensiblemente.
En las competiciones internacionales destacaron equipos como el Caracas
FC que hizo actuaciones de mérito en la Copa Libertadores los años 2006
y 2009. Todo ello –a pesar de las reticencias de Rafael Esquivel, el
presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) que trató de
evitar que Chávez obtuviera mayor protagonismo en el ente que controla
el fútbol en el país– fue posible por las inversiones económicas
derivadas de la promulgación de la Ley Orgánica del Deporte que
reglamentó el patrocinio de empresas públicas y privadas en dicho
ámbito.